viernes, 23 de septiembre de 2011

Machismo, racismo y otras historias 10 años después del 11-S

¿Es algún grupo étnico o grupo nacional más machista que otro? y de ser así: ¿Sirve de algo etiquetar a la gente de dicho grupo con tal título?

En un debate finlandés de hace a penas un par de días sobre el lenguaje violento en política (lo que en inglés se denomina el "hate speech"), los contertulios acabaron hablando sobre diferentes grupos étnicos, nacionales y religiosos y sobre las acusaciones que se dirigen a ellos. ¿Son justificadas, o no, esas acusaciones? Era a lo que respondían los participantes en el debate. Una parte de los participantes se mostraban indignados por los comentarios racistas y excluyentes de algunos políticos y sectores sociales finlandeses; otra parte de los debatientes mostraban su preocupación por la cultura de ciertos grupos inmigrantes. Estos últimos hablaban de choque de civilizaciones, del fenómeno de Eurabia (es decir: que los musulmanes -incorrectamente llamados árabes- están invadiendo o invadirán Europa), de que el Islam es una religión maligna y todos los musulmanes fanáticos religiosos intolerantes, machistas y que acabarán por destruir "nuestra libre sociedad" (parafraseo).

Acaban de pasar diez años del ataque terrorista a las Torres Gemelas. Aquellos hechos y otros varios hechos de la política internacional sirvieron para crear o reforzar la imagen de que los creyentes musulmanes como violentos, intolerantes, fundamentalistas e irracionales. Algunos de los otros hechos internacionales que lograron establecer esta imagen de los musulmanes en muchos ciudadanos occidentales fueron otros actos terroristas cometidos por decenas de individuos en nombre del Islam, como en el caso del 11-M en Madrid, en 2004, o los ataques en Londres, en 2005, o por ejemplo el revuelo provocado en varios países de mayoría musulmana por las caricaturas de Mahoma, a finales de 2005 y en 2006.

Toda generalización cultural suele estar plagada de errores. Ni el carácter de unos pocos individuos, ni las tradiciones o costumbres de la mayor parte de una sociedad son suficiente para indicar cómo son la totalidad de los individuos que profesan una determinada religión, provienen de un determinado país o tienen un determinado color de piel. Ni todos los musulmanes son iguales ni tampoco todos los cristianos, ateos, judíos o por ejemplo budistas son iguales. Por mencionar algunos ejemplos más ni todos los agricultores ni políticos son iguales.

George Bush hijo afirmó una vez que inició las guerras de Afganistán e Iraq porque Dios se lo indicó. Y también muchos de los promotores de dichas guerras (en EEUU y en el mundo) se consideraban "buenos cristianos" (o cristianos al menos). Una religión no define a una persona, que sea buena, mala, violenta o no. ¿Cuántos cristianos estaban o están (ahora que cientos de miles de personas han perdido la vida) en contra de que la guerra de Iraq?; sin duda muchos. De igual forma dudo que una mayoría de musulmanes estuvieran o estén de acuerdo con la matanza del 11-S (de EEUU) o cualquiera de los asesinatos "religiosos" sucedidos desde entonces al rededor del Globo.

Critiquemos, a los demás y a nosotros mismos, pero hagámoslo desde el respeto (sobretodo desde el respeto a los demás). El diálogo es además a menudo la mejor arma, el mejor antido y puente (que puede permitirnos sobrepasar grandes obstáculos), un arma que no causa heridas y que si se utiliza con acierto las puede evitar.

Además de que las generalizaciones siempre son erróneas, ¿para qué señalar a nadie por su religión o cualquier otro rasgo si tenemos leyes, democráticas y que al menos en teoría intentan proteger la igualdad de derechos de todos los ciudadanos? Culpemos y juzguemos con el peso de la ley a cada uno de los infractores de nuestros principios (nuestras leyes), no acusemos sin derecho a aquellos sobre los que no sabemos. También es delito la injuria, la incitación a la violencia o la incitación a la exclusión social (esto último está indicado en las leyes de Finlandia, cabría indagar si también es así en España, y sería conveniente que lo fuera). ¿Para qué hacer generalizaciones?, tenemos leyes, simplemente sigamos haciéndolas cumplir, busquemos que se cumplan, frente a todos y sin prejuicios.

Anécdota:

En un reciente vuelo desde Italia a Barcelona vi a un ciudadano de un país europeo hablando con una azafata. El pasajero estaba interesado en uno de los productos 'tax free' que estaban en venta. Sin embargo, por su mal inglés el cliente no pudo entender correctamente lo que la azafata le intentaba explicar, pese a que ella se lo repitiera varias veces. El malentendido fue sobre el precio del producto: el cliente confundía 5 con 50 en inglés, lo cual parece que la azafata no acabó de entender. La azafata le había explicado que si quería el producto tenía que pagarlo primero. Al no llegar a ninguna conclusión pues el cliente no mostraba claramente sus ganas de comprar el producto la azafata se excusó y se alejó por el pasillo del avión. Tras ello el cliente se turbó mucho y enfadado comentó lo sucedido con su amigo en su lengua y explotó en rabia y descontrol gritando a la azafata "You, fuckin bitch!!". El pasajero hizo gala de una clara cultura machista. El pasajero era rubio y aunque no fui a preguntarle dudo que fuera musulmán, africano, etc. Simplemente un ejemplo de que en todos lados cuecen habas.

miércoles, 27 de abril de 2011

Un partido con elementos xenófobos se hace con un quinto del parlamento finlandés

El descontento político de una parte de los finlandeses convierte al partido 'Los Finlandeses Comunes' (Perus Suomalaiset) en tercera fuerza en el parlamento nacional, con un 19,1% de los votos. Este partido de marcado carácter populista se ha hecho con una buena tajada del pastel parlamentario en las elecciones del país nórdico (celebradas el 17 de abril). Pese a no quedar como principal fuerza, este partido ha multiplicado por cinco sus resultados desde las elecciones de 2007, cuando obtuvo un exiguo 4% de sufragios.

Timo Soini, Secretario General de 'Los Finlandeses Comunes'. tras la publicación de los resultados de las elecciones parlamentarias finlandesas

El secretario general de 'Los Finlandeses Comunes', Timo Soini, afirmaba tras los resultados electorales: “No hace falta tenernos miedo, no somos radicales”. Uno de los motivos principales que ha impulsado a este partido ha sido probablemente el descontento de los finlandeses con los partidos tradicionales del país. Este descontento tiene su origen en los escándalos de financiación de los grandes partidos durante las anteriores elecciones parlamentarias, que salieron a la luz en 2008 y que han ocupado desde entonces los medios de Finlandia, considerada en general uno de los países con menos corrupción del mundo.


En estas elecciones 'Los Finlandeses Comunes' han quedado prácticamente empatados con los tres partidos 'tradicionales'. Sin embargo, este partido emergente ha sido superado ligeramente en votos y escaños por el partido de centro-derecha Unión nacional' (20,4%) y el 'Partido Socialdemócrata' (19,1%). El principal perdedor de las elecciones es el partido 'Centro Finlandés', principal partido del gobierno saliente y que queda como cuarta fuerza parlamentaria (15,8%).
Resuttados en porcentaje y escaños de todos los partidos que componen el Parlamento Finlandés

Varias autoridades europeas temen las consecuencias de estos resultados, puesto el partido tiene un carácter marcadamente antieuropeo y se ha declarado fuertemente en contra de que Finlandia participe en las campañas de ayuda económica a los países de la UE en riesgo de quiebra. También el Partido Socialdemócrata se opone (aunque con menos contundencia) a nuevas campañas de ayuda, lo cual hace posible un panorama en el que el parlamento finlandés impida futuras campañas de ayuda, como la que se prevé de Portugal.

De momento no se conoce qué partidos formarán del futuro gobierno finlandés, puesto que los partidos se hayan aún en los inicios de las negociaciones. Ninguno de los partidos mayoritarios tiene soporte parlamentario suficiente como para gobernar en solitario y prácticamente todas coaliciones de partidos son posibles. De momento parece que ninguno de los partidos mayoritarios excluye la posibilidad de asociarse con 'Los Finlandeses Comunes', con lo cual es fuertemente posible que este partido de polémica ideología forme parte de un futuro gobierno finlandés. Los partidos minoritarios: la Unión de Izquierdas, Los Verdes, Partido Sueco y el Partido Democristiano (por orden de importancia) también podrían jugar un papel clave en la creación de una mayoría sólida.